Lejos de la competencia y concurrencia de la calle Castaños en Alicante, el restaurante Oricao se ubica en pleno Barrio, buscando desmarcarse y atraer a un nuevo tipo de público creando nuevas sinergias alrededor de esa zona del casco antiguo. El local ofrece una fusión de comida típica española y venezolana, tierra de origen de sus propietarios, por lo que se busca una imagen muy natural que nos lleve de viaje a sudamérica.
Con esta idea se dejan muros de mampostería y pilares de piedra vistos en la mayor parte, combinados con paredes en estuco a la cal y azulejos de color verde y tierra intensos. En el suelo se propone un pavimento formado por piezas triangulares en barro pajizo y en el techo materiales de fibras naturales y cañizo, creando una envolvente muy natural y acogedora. Todo el mobiliario sigue la misma línea con sillería, bancos y taburetes en madera y ratán, siendo todas las mesas especialmente diseñadas para el proyecto, con gran diversidad de formas y alturas y buscando además diferentes formas de vivir el espacio.
Pero para trasladarnos a ese clima tropical no es suficiente con el mobiliario, por lo que se introducen en el local gran variedad de plantas integradas en el diseño, así como decoración que le de sentido a la actuación, tratando que la experiencia gastronómica y de interiorismo sea todo uno.
