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Passivhaus, la tendencia de arquitectura que mejorará tu modo de vida

Passivhaus o Casa Pasiva es un estándar de vivienda que mantiene unas condiciones atmosféricas ideales en el interior de la vivienda logrando un ahorro energético que oscila entre el 70% y el 90% respecto a una vivienda convencional, cálida en invierno y fresca en verano, perfectamente aislada acústicamente del exterior y con una gran pureza del aire interior, constantemente renovado.

Aunque es ahora cuando está cobrando un especial protagonismo, lo cierto es que para encontrar el origen del concepto de casa pasiva hay que remontarse casi tres décadas atrás. En 1988 los profesores Bo Adamson, de la Lund University de Suecia, y Wolfgang Feist, del Instituto de Edificación y Medio Ambiente de Alemania, idearon este tipo de estructura y acuñaron el término passivhaus (“casa pasiva” en alemán). Hoy, esta palabra sirve además para dar nombre al sistema de estandarización –emitido por el Passivhaus Institut alemán- bajo el que todas las construcciones pasivas del mundo tienen que cumplir una serie de requisitos para ser clasificadas como tal.

Existen una serie de criterios esenciales de la arquitectura pasiva a tener en cuenta:

En primer lugar, la orientación de la edificación. Sin tener en cuenta el efecto del viento, puede decirse que la mejor orientación solar del edificio es la sur, pues se maximizan las ganancias solares en invierno (para calentar de forma pasiva) y el ángulo de incidencia de los rayos solares en verano permite una protección solar más fácil a sur que a este y oeste. En resumen, una planta rectangular alargada, con el lado largo orientado a sur, es la forma teórica ideal para un edificio pasivo.

Y en segundo lugar, la protección solar. La radiación solar es la fuente pasiva que calienta los edificios en invierno, ventaja que en verano se convierte en un inconveniente, por lo que cabe optimizar los huecos del edificio para maximizar las ganancias solares en invierno y minimizarlas en verano.

Una estrategia para minimizar el impacto de la radiación solar en verano es aumentar la reflectividad de las superficies exteriores. Esta reflectividad es una propiedad física que depende del color, la temperatura del ambiente y la rugosidad de la superficie.

Acorde con estos criterios, estos son los principios básicos a seguir, según el Passive House Institute, que nos dictan el camino que hay que seguir para llegar a unas demandas energéticas muy bajas y un confort climático muy alto:

1. El aislamiento térmico debe ser excelente para evitar pérdidas de calor innecesarias. Un edificio passivhaus debe recubrirse con una piel aislante continua ininterrumpida; solo así pueden minimizarse los puentes térmicos y garantizar un confort muy alto en el interior.

2. Carpinterías exteriores de altas prestaciones con diseños libres de puentes térmicos.

3. Eliminación de los puentes térmicos, que además de reducir el consumo evita condensaciones. Los puentes térmicos son zonas de los elementos constructivos donde se produce una variación de su uniformidad. El passivhaus institut ha establecido una serie de reglas para minimizar el efecto de los puentes térmicos, como son, evitar romper la continuidad del aislamiento térmico, y si esto fuera inevitable, utilizar un elemento con una conductividad muy baja.

4. Ventilación mecánica con recuperación de calor, para una renovación continua y controlada del aire. El aire interior se renueva de manera constante mediante un sistema de ventilación mecánica que permite recuperar el calor. Así, el aire interior y exterior se cruzan, pero no se mezclan, la temperatura se mantiene siempre estable y la calidad del aire es óptima.

5. Hermeticidad al paso del aire, es decir, las juntas constructivas deben tener muy pocas pérdidas de infiltración de aire. Una hermeticidad elevada es fundamental para los edificios de muy bajo consumo energético. Además, esta hermeticidad trae consigo un gran aislamiento acústico.

A pesar de todo esto, queremos destacar que no es necesario transformar tu hogar en una passive house para poder disfrutar de las principales ventajas que propone este estándar. Realizar cambios, por ejemplo, en los cerramientos de tu casa, es más que suficiente para asegurarte un aislamiento térmico que, sin duda, verás reflejado en tus facturas de electricidad o gas, así como en tu calidad de vida.

Este concepto que a priori supone una inversión inicial, consigue que disfrutes de un hogar sostenible y económico a largo plazo. ¡Nosotros nos sumamos al reto passivhaus!

Bibliografía:

Libros:

WASSOUF, Micheel. De la casa pasiva al estándar Passivhaus. La arquitectura pasiva en climas cálidos. Barcelona: Gustavo Gili, ISBN: 2014. 8425224527