La vivienda proyectada divide su programa en dos niveles, en función de las actividades a realizar y de las necesidades de iluminación y percepción del entorno de cada una de ellas. La contemplación del paisaje desde un espacio horizontal y unificado formaliza la planta baja, donde iluminación, orientación y comunicación con el exterior organizan la distribución alrededor de un patio interior.
En planta primera se ubica la zona de juegos y el espacio independiente de los invitados.