Sale Pepe, la pizzería del barrio de toda la vida. Su propietario, una persona comprometida al máximo con el mejor servicio a sus clientes, no sólo en lo gastronómico, sino también en la experiencia total de la visita a su local, lo que por supuesto incluye la decoración y el estilo que se respira en él.
Con esta idea se rediseña el restaurante Sale Pepe Barrio. Renovar su imagen para agradecer a los clientes su fidelidad y obsequiarles con un nuevo espacio, que manteniendo el confort y calidez original, visualmente aporte un toque de actualidad y diversión a la experiencia gastronómica.
La parte fundamental del proyecto es la incorporación visual de la cocina a la sala de comensales. Esto se produce abriendo una gran ventana panorámica que comunica los dos espacios. Disfrutar del ritmo frenético y ordenado de una cocina, es un estímulo maravilloso mientras esperas tu plato saboreando un auténtico vermut italiano. Ver la coordinación y maestria de los profesionales que preparan tu plato forma parte del espectáculo.
La cocina se convierte en el alma del local, como no puede ser de otra manera, y la barra central ordena la circulación de personal al tiempo que sirve de zona de espera, y como zona para tomar un aperitivo e incluso comer.
Se utilizan materiales puros para dar una sensación de neutralidad visual, como elementos cerámicos y pétreos, y se construyen todas las estanterías y el frente de cocina hacia la sala con acero en bruto para conseguir un aspecto ligeramente industrial. Esta elección de materiales, junto a una cuidada iluminación, crean un ambiente especial y singular, a la par que cálido y confortable.
