La casa en la playa se convierte en un oasis para retirarse el fin de semana o en vacaciones, y desconectar del mundo.
Todas las comodidades posibles en espacios controlados. Se unen entre ellos y generan diferentes ambientes donde poder convivir sin interferencias. Privacidad y funcionalidad a partes iguales.
Una nueva distribución. Se incorpora la cocina a la zona de comedor salón para ofrecer las vistas del mediterráneo a un espacio tan servicial como la tradicional cocina, de tal forma que pasa a ser una estancia funcional y a la vez vividera, con una zona de isla para disfrutar, acompañar y compartir.
El estilo no puede ser otro que el de una casa mediterránea recurriendo a las tradicionales cerámicas decoradas con blancos y azules. Maderas de roble con un tinte claro para tener la frescura de la madera recién cortada, y un pavimento porcelanico, con tintes claros de arena y piedra que nos ilumina la vista y acompaña en todo momento al afortunado veraneante.
La estética al servicio de la función y de la percepción. Generar mejor calidad de vida gracias al confort visual y a la adecuada distribución y conexión entre las diferentes zonas.
El aire, el mar, los materiales elegidos y sus colores y texturas deben ser parte del lugar.