Los dueños de esta vivienda, un matrimonio y su hija, compraron este apartamento de playa en un estado de conservación bastante malo y una distribución muy dividida.
La vivienda contaba con unas vistas inmejorables a las playas de Santa Pola.
La idea principal consistió en unificar toda la zona de día, incluso con las terrazas, para conseguir un único espacio en el que pasar la mayor parte del tiempo en familia.
La zona de cocina se diseña como un espacio central alrededor del cual surge todo, e incluso alberga una chimenea que da servicio a la zona de sofás.
Otro de los elementos significativos de la reforma, es el uso de la madera tanto en paredes como en el suelo. Con el uso de la madera, conseguimos un ambiente que evoca a un barco antiguo, algo que el cliente quería desde el principio.