Una farmacia en el centro de Madrid, que necesita renovar su imagen y ofrecer una sensación de farmacia actualizada, donde, aparte de la dispensación de medicamentos, la atención y el asesoramiento personalizado al cliente pase a ser un servicio muy importante.
La farmacia cuenta con una trayectoria de más de 50 años, en los se han conservado unos elementos de calidad constructiva como son su suelo de terrazos in situ, panelados de madera de castaño y revestimiento de gresite, símbolos de una época de modernidad de los años 70 y elementos auténticos que sin duda se mantienen para preservar su personalidad y singularidad.
Todos los demás elementos nuevos incorporados al proyecto giran en torno a este punto de partida.
Con esa idea, la imagen de la farmacia debía ser lo suficientemente atractiva y singular para que invitara a entrar, y al mismo tiempo transmitir una imagen tranquila y natural adecuada a un local sanitario.
Para ello, se diseña todo el mobiliario específicamente para el proyecto y se deja una zona central de exposición y demostraciones que permite que el cliente se sienta cómodo y pueda examinar los productos con tranquilidad.
Estanterias de metal lacado en color latón, mostrador de porcelánico verde, maderas y plantas naturales e iluminación indirecta y localizada, generan una imagen renovada, natural, técnica y sofisticada.